viernes, 23 de abril de 2010

EL GRITO-Edvard Munch


El Grito, pintado en 1893, se convirtió en el manifiesto pictórico del expresionismo germano formado en base al grupo Sezession. Representa la afirmación definitiva de la voluntad del artista en configurar la forma para representar plásticamente su mundo interior. Munch explicó sus motivaciones: –”Me paré y me apoyé contra la verja. Nubes rojas como la sangre y lenguas de fuego suspendidas contra el fiordo azul y negro. Mis amigos me habían dejado y, solo, temblando de angustia, me di cuenta del inmenso e infinito grito de la naturaleza”– En primer plano, una figura humana (Estilizada a la manera de un signo de interrogación) se tapa los oídos, incapaz de soportar la fuerza desgarradora de su propia exclamación. Sin embargo, el grito se pierde y no llega más lejos de sí mismo. Al fondo, dos figuras caminan sin percibir ninguna alteración en el ambiente. Munch pintó El Grito mediante una serie de líneas onduladas — característica muy frecuente en personas que padecen depresión psíquica — que ejercen presión sobre la figura como ondas de choque, reduciendo su rostro a la imagen primigenia del miedo. Muchos críticos han atribuido la obra al frágil estado mental de Munch, al abuso del alcohol o a un simple ataque de agorafobia. El propio artista escribió a lápiz en una copia del cuadro: –”Sólo un loco habría podido pintarlo”.

En definitiva, El Grito es una de las imágenes más familiares del arte moderno. Ha sido reproducida en múltiples formatos (Camisetas, colchonetas, imanes de frigorífico…) y su popularidad es debida a que plasma una experiencia universal que resume las tensiones de la vida cotidiana. Desgraciadamente, a mediados de la década de los años noventa, se empezó a poner de moda “robar” El Grito y, de esta manera, tanto la versión original de la Galería Nacional de Oslo como una de las del Museo de Munch de la misma ciudad fueron sustraídas en 1994 y 2004 respectivamente ante el estupor de la opinión pública mundial. Finalmente, ambas fueron recuperadas por la policía noruega aunque la versión correspondiente al Museo Munch sufrió daños irreparables.

Tomado de LEITER'S BLUES

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